lunes, 5 de marzo de 2012

MARTES DE LA SEGUNDA SEMANA DE CUARESMA


PALABRA DEL DÍA

Mt 23,1-12

“En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: “En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencia por la calle y que la gente los llame maestros. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.

EL QUE QUIERA SER PRIMERO,

QUE SEA EL ÚLTIMO

Y EL SERVIDOR DE TODOS.

REFLEXIÓN

            Al árbol se le conoce por sus frutos. A los fariseos les gustaba que se notara su obediencia a la Ley. Alargaban sus filacterias (esas tiras de pergamino con pasajes de la Ley que se llevaban colgadas de la frente o del brazo). Ensanchaban las franjas del manto para recordar los Mandamientos divinos y reclamaban los puestos de honor en las sinagogas. Tanto celo para que les honrasen…Pero qué lejos están los deseos de la realidad, y cómo gusta hacerse llamar “padre” en la Iglesia de Jesucristo.

            “El primero entre vosotros será vuestro servidor”. Jesús denuncia en este evangelio la actitud hipócrita de los escribas y fariseos. Arremete contra quienes no sólo no hacen lo que dicen, sino que son intransigentes con los demás en lo que ellos mismos no cumplen. Y encima se tienen por buenos y por maestros. Pero, atención, porque la conclusión a la que nos lleva el Señor es toda una regla de oro para nosotros los creyentes: “El primero entre vosotros será vuestro servidor”.

            Frente a estas actitudes Jesús enseña con la verdad de su vida, aboga por la verdad, la transparencia y la compasión hacia los demás como signos de una auténtica comunidad cristiana. ¿Para qué hacemos nosotros las cosas? A todos nos gusta el reconocimiento y no es negativo en sí mismo, el problema viene cuando se convierte en el fin de nuestra acción, de nuestra manera de actuar e incluso de nuestra forma de ser, aunque lo que salga de nuestra boca sea muy sabio y muy bueno.

 Es este un evangelio que deberíamos leer muy a menudo, porque nos desviamos fácilmente. Seguro que  tendremos mucho, muchísimo que revisar y cambiar todos.

ENTRA EN TU INTERIOR

                Fácilmente nos desviamos de las enseñanzas de Jesús. Vamos a concretar nuestro compromiso en algo tan concreto como en no ser demasiado exigente con alguien en concreto de nuestra casa, de nuestro trabajo, de nuestra Hermandad, de nuestra comunidad.

ORA EN TU INTERIOR

                Dios continúa hablándonos  y ofreciéndonos su perdón. Y cuando se trata de ello, automáticamente solemos proponernos ganarnos a Dios, pero no es este el camino. Pretendemos, si no engañarle, al menos disimular nuestra condición pecadora y maquillarnos con una serie de ritos y fórmulas para que se fije en lo bueno que somos. Pero él quiere que seamos humildes y servidores.

ORACIÓN FINAL

            Dios y Padre nuestro, nuestro único Señor, líbranos de todo espíritu de superioridad, pues todos somos hermanos en Jesús. Amén.

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